La sensación de convivir con políticos aprovechados cuando no simples chorizos está calando hondo en nuestra sociedad. Lo que se publica con cuentagotas refuerza este sentimiento. Han quedado muy lejos las alegrías de la "Transición", aquella época dorada, llena de interrogantes, dónde parecía posible un Estado muy diferente al conocido: democrático, transparente, al servicio del ciudadano.
Ahora que la Transición ha pasado a ser un tema más en los discursos oficiales, cuando llega el aniversario, pocos recordamos lo que en ese momento pensábamos y creíamos. Pero aunque previsible esta cuesta abajo me resulta inquietante. Cuando fallan los políticos suele suceder (así ha sucedido) que no aparecen los buenos en escena, sino lo ultramalos: los fascismos de turno, los buscadores de soluciones fáciles (y por lo tanto violentas y autoritarias).
¿Cómo despertar a los políticos que se están durmiendo sobre una bomba? Baste que las condiciones socioeconómicas empeoren, en serio, para que empiecen a asomar las orejas del lobo de siempre.
Ce que parler veut dire Pierre Bourdieu
Hace 2 días
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