Antoine de Saint Exupery

"La perfección se consigue, no cuando no hay nada más que añadir, sino cuando no hay nada más que quitar."

15 sept 2009

Dos supuestos antagónicos

El anarquismo maximalista, el anarcosindicalista, el bakuninista y otras corrientes de la gran familia libertaria, parten de un supuesto básico: “el hombre, es bueno por naturaleza, y sólo las diversas presiones que recibe de su medio, particularmente las sociales, lo llevan a desarrollar conductas violentas y destructivas”. En cambio el anarquismo minimalista parte de un razonamiento que es casi el contrario del anterior: “el hombre en si mismo no es ni bueno ni malo, pero sus tendencias básicas de supervivencia lo llevan al egoísmo personal primero y al egoísmo tribal después. Como especie, la humana, se comporta instintivamente en nuestro planeta al igual que un cáncer en el organismo: utiliza las células vivas para su propio desarrollo y termina extendiéndose de tal manera que a la postre mata al organismo y muere al mismo tiempo”.

Por lo tanto la especie debe auto contenerse si quiere convertirse de cáncer depredador en huésped inteligente que vive y deja vivir a los diferentes medios que la acogen. En respecto de cada individuo de esta especie tan “especial”, por su característico desarrollo mental, sólo creando circunstancias diseñadas para controlar sus instintos más peligrosos, éste será bueno y contribuirá positivamente tanto a su sociedad como a su entorno.

En tanto principios muy generales de ellos se pueden deducir consecuencias contradictorias. Pero analizando detenidamente las obras de los humanos a través de toda su historia, y en particular el siglo que nos ha dejado, es vital comprender que nuestra libertad personal es esencial para el mantenimiento de nuestra especie y de nuestro mundo. La centralización que traen las grandes organizaciones genera progresos indudables, pero, como las pirámides, terminan siendo monstruosos monumentos a la estupidez del faraón de turno.

Evidentemente no podemos dar marcha atrás en nuestra civilización, pero sí indicar caminos favorables al crecimiento que no originen simultáneamente problemas más grandes de los que abordamos en este siglo que comienza.

2 comentarios:

  1. Me gustó tu blog, a grandes rasgos comparto vuestra idea del ser humano.
    Un abrazo

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  2. Gracias! Somos más de lo que creemos ser (sin constituir, por ello, multitud). A esta idea responde la creación del blog.
    El nombre en si mismo poco importa. Es un identificativo, no marca una frontera. Un bote para cruzar el río que luego puede dejarse a la deriva. Una ayuda para pensar pero no una muleta para inválidos.

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