Vivimos en un mundo muy complejo, donde cualquier afirmación generalista corre el riesgo de encontrarse con una excepción de gran calibre. Un mundo con todos los matices del gris. Tomemos por ejemplo el caso de Honduras. Por un lado un presidente populista depuesto; un presidente que se situaba en la línea de Chávez y que por lo tanto apuntaba a un gobierno "popular" que recuerda a las ya perimidas "democracias populares" del este europeo. Una oligarquía de partido sustentada en una política de distribución de la riqueza aparentemente dirigida hacia el pueblo. Por el otro un establishment muy restringido que monopoliza todo el poder y el dinero
ver. La elección entre uno y otros es un falso dilema ¡Ninguno de los dos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario