Antoine de Saint Exupery

"La perfección se consigue, no cuando no hay nada más que añadir, sino cuando no hay nada más que quitar."

4 oct 2009

Bañarse con bañador


He sostenido alguna discusión con gente que objeta el calificativo de "minimalista" a la clase de principios que sustentamos en el blog. Lo que siempre explico, y aprovecho para exponerlo aquí, es la gran dificultad para entender nuestro mundo contemporáneo, y de esta manera pensar en una doctrina global que pueda servir para actuar en él.
El principio básico es la necesidad de "comprender" antes de ofrecer soluciones. De otra manera estaríamos frente a una "revelación" que puede aceptarse en el campo religioso pero no en el político. Vivimos en el filo de dos mundos (por lo menos ésta es nuestra percepción). Como serán los finales del siglo XXI es imposible de imaginar. El desarrollo tecnológico es de tal calibre que en muchas disciplinas científicas, "ayer" supone unos pocos años de este siglo, y la década del 90 sería algo así como la "prehistoria".
La complejidad no permite soluciones primarias salidas de nuestra cabeza al igual que emergió Palas Atenea de la cabeza de Júpiter.
Pongamos un caso para ilustrar los problemas nuevos que tenemos entre manos. La convivencia en nuestros países de minorías (algunas muy numerosas) con un estadio de desarrollo cultural muy distinto. Una cuestión tan sencilla como la posibilidad de bañarse en una piscina de forma poco común (aunque sí lo fue, a juzgar por las fotos, en las primeras décadas del siglo XX, es decir en una relativa "prehistoria" respecto de los cambios sufridos por nuestra sociedad). Ver
Por un lado uno espontáneamente se pone del lado de la represión, es decir de la prohibición lisa y llana (al igual que italianos y franceses). No se puede permitir que convivan costumbres que consideramos discriminatorias y humillantes para la mitad del género humano. Por el otro somos conscientes que esta medida es sólo un paliativo difícil de sostener con nuestros derechos en la mano. Además con la prohibición se hace más difícil la inserción de grupos reluctantes a la modernidad favoreciéndo la creación de guetos (con sus piscinas particulares). ver
Veamos esta cuestión bajo el prisma libertario ¿Hace daño a alguien ciertas costumbres, que consideramos humillantes, pero no perniciosas? ¿Por qué una persona que quiera bañarse vestida, si usa ropa preparada especialmente salvando la higiene del lugar, no puede hacerlo? si además quiere hacerlo y está en su sano juicio.
Cualquier libertario sentirá que se la traba la lengua a poco de pensar en ésto. ¿En que medida se puede proteger al ciudadano contra si mismo, si éste puede demostrar que su conducta está racionalmente fundada? ¿Y en que medida se puede proteger a alguien de una "humillación" si siente que no hay tal, y que la "humillación" consiste justamente en ese acto de supuesta protección?
Por supuesto que en el corazón de todas las religiones hay un núcleo irracional...pero ¿no pasa lo mismo las doctrinas políticas vulgarmente llamadas "nacionalistas? ¿Definir lo "racional" no es también un acto ideológico?
Se puede argumentar mucho más en favor y en contra, más lo único que con este ejemplo pretendo ilustrar es que nuestro mundo no resulta fácil encerrarlo en una doctrina, en una ideología, en una religión, y en una lógica. Si no estamos abiertos a las contradicciones y somos capaces de articular puentes entre ellas, difícilmente diremos valioso que ayude a entender y solucionar nuestros problemas.
Bien, si nuestro razonamiento es correcto, los "puentes" no son un elemento más del paisaje heterogéneo, son por el contrario, la herramienta verdaderamente clave, el elemento "mínimo" que nos permite sobrevivir, cuando no sabemos adonde vamos y por cuanto tiempo estaremos en la situación actual.

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